Este año viajaremos por las Islas Baleares, comenzando la temporada de vacaciones y visitando Menorca. Aquí el tiempo parece detenerse entre calas de aguas cristalinas (donde el snorkel es el deporte local por excelencia) y sus paisajes de ensueño ofrecen unas vistas únicas. La tradición y la modernidad coinciden en estos restaurantes que seleccionamos como destacados para comer o cenar, con platos que capturan la esencia del entorno y la magia del Mediterráneo. Te aseguramos -si es que aún no la conoces- que Menorca invita a sumergirse en un oasis de calma y serenidad, disfrutando del descanso y hospitalidad de sus hoteles y de la exquisita gastronomía de sus restaurantes.
Catalogado como natural y calmado, Barceló Nura se postula como un maravilloso refugio. Situado en Biniancolla se erige como referente en sostenibilidad y responsabilidad medioambiental, presentándose como la mejor opción para unas vacaciones sostenibles y conscientes en un entorno donde entregarse a la tranquilidad. El hotel con toques minimalistas, colores tierra, piedra natural y madera es un tesoro gracias a su proyecto de paisajismo, con un diseño a doble altura que también fusiona el entorno con el agua a través de las piscinas que rodean el hotel. Las 45 habitaciones con piscinas semiprivadas de acceso directo desde la propia habitación te ofrecen todo… a un solo paso de la cama.
Las Llaves Michelín, el nuevo galardón de la prestigiosa Guía Michelín, ha destacado a 97 hoteles en España, y entre ellos brilla Torralbenc Menorca. Este icono del agroturismo de lujo se alza en Alaior, un lugar donde la tradición y el lujo se fusionan en una antigua finca de 74 hectáreas. Abierto en 2013, no solo es pionero en el lujo menorquín, sino que también es un bastión de la hospitalidad balear con 27 habitaciones que respiran la esencia isleña (naturaleza, pureza, mar y tranquilidad) y un restaurante que celebra los sabores locales, excelencia culinaria y vinícola.
Un punto de encuentro para el arte, la cultura y la comodidad. Can Albertí se sitúa en el centro histórico de Mahón, fácilmente reconocible por su icónica fachada color salmón. 14 lujosas habitaciones con rincones especiales comunes como su íntimo y acogedor patio o su amplia terraza con vistas al puerto, perfecta para vivir inolvidables atardeceres. Convertido en un punto de referencia cultural en la isla, sus líneas reflejan el estilo de la arquitectura de la Ilustración de Mahón en la época británica. Si buscas desconectar del frenético ritmo de la ciudad durante el verano, este hotel cumple -y supera- todas las expectativas.
En su gastronomía puedes encontrar verdaderas delicias que se esparcen alrededor de la isla y en más de 500 restaurantes. La primera de la que vamos a hablar nos acerca al mítico Cap Roig, ubicado en Es Mercadal, un restaurante de vistas increíbles al mar. Especialistas en pescados y mariscos, aquí hay que probar los mejillones del puerto de Mahón, gambas, ortigas, calamar y diferentes tipos de pescados (preparados a la plancha, a la marinera o en parrilla). Por supuesto, no falta la langosta, uno de los placeres prohibidos, pero más demandados, de la isla.
Si lo que quieres es visitar uno de los puntos gastronómicos más especiales y más cotizados, tienes que acercarte a Artrutx Sea Club, en Cala´n Bosch. La experiencia que vivirás comienza en sus puertas, donde ya que serás recibido por un imponente faro inaugurado en 1895. Debajo de él se sitúa la terraza, espacio que presume de una carta que toma forma a través del producto de proximidad y las brasas trabajando sobre un recetario casero para chuparse los dedos.
Como última recomendación te hablamos de Burdell de Foc, que por tercer año consecutivo abre las puertas de su antigua masía servir placer. Una atmósfera tranquila y pausada acoge sus brasas, verduras, aliños frescos, carnes y pescado a las que suman las recomendaciones de la casa que nunca fallan. El buen producto va acompañado de una buena bodega de pequeños productores y variedades autóctonas del bello conjunto balear.
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