El último y primer mejor trago de un año

OBJETOS QUE DESPIERTAN CURIOSIDAD ANTES INCLUSO DE SABER LO QUE CONTIENEN. PRIMERO ATRAE SU FORMA, DESPUÉS SU HISTORIA Y, FINALMENTE, SU SABOR. NO HABLAMOS SOLO DE UNA GINEBRA PREMIUM, SINO DE UN EJEMPLO DE CÓMO LA BELLEZA, LA ARTESANÍA Y EL RITUAL PUEDEN CONVIVIR EN UN MISMO GESTO.  

LE Tribute es una marca que no busca seguir tendencias, sino que pretende honrar un saber hacer que se ha perfeccionado durante casi dos siglos. Para comprenderlo, hay que retroceder hasta 1835, con una destilería de Vilanova i la Geltrú y la familia Giró y su artesanal trabajo botánico. Allí elaboraban elixires, horchatas y jarabes medicinales con una precisión que unía ciencia y sensibilidad. Filosofía más que simple técnica, fue ese espíritu, la convicción de que la belleza nace de los matices, lo que hoy sostiene a LE Tribute desde el cristal de la botella hasta la última nota cítrica.  

Cada elemento forma parte de un todo mayor, y ese todo comienza por la botella. Al sostenerla, se percibe la solidez del cristal tallado, las estrías inspiradas en el Art Déco, el tapón de cobre que aporta un gesto casi escultórico… En un momento en el que el lujo silencioso gana terreno, su elegante estética tiene un poder de comunicar sin necesidad de alzar la voz. Es una pieza de diseño que no se guarda, se muestra. 

Después llega el contenido, y es ahí donde la artesanía se vuelve evidente. LE Tribute Gin se revela fresca, vibrante y con una sequedad equilibrada, afinada con la precisión de quien conoce cada matiz. El enebro, recolectado a mano, es su estructura, y esa claridad aromática que la distingue nace de una mezcla de cítricos que reúne naranjas de Valencia, limones de Sevilla, tres tipos de pomelo, kumquat, mandarinas mediterráneas y lima. Todo convive en armonía, como si cada fruta ocupase exactamente el lugar que le corresponde. Tras eso, el lemongrass, esa nota maestra que aporta frescor sin imponerse: es cuando entendemos que estamos ante una ginebra pensada y concebida como una auténtica obra de arte líquida. 

Como homenaje al placer consciente, a esa forma de vivir en la que elegimos lo que disfrutamos, el Perfect Serve de LE Tribute responde a esa misma idea: copa amplia, hielo abundante, 50 ml de ginebra, 200 ml de tónica LE Tribute y una piel gruesa de pomelo. Nada falta, nada sobra en ese instante en que se saborea con intención. 

Aunque el corazón de la marca sigue siendo su ginebra clásica, no podemos dejar de mencionar la edición limitada LE Tribute Countryside, una pieza casi de colección con unidades limitadas en todo el mundo. Inspirada en los paisajes que rodean la destilería, combina cardamomo negro, lavanda, flor de malva, salvia y lemongrass, creando un perfil aromático que captura la esencia del campo mediterráneo. Su botella, hecha a mano en Portugal y decorada con placa de Zamac y detalles en cuero, ha sido reconocida en los Pentawards como una expresión de lujo contemporáneo donde la artesanía se convierte en escultura. 

El universo de LE Tribute se extiende mucho más allá de su ginebra. Su gama de mixers, desde la Tonic Water hasta la Olive Lemonade o la Ginger Beer, comparte el mismo espíritu artesanal, presentados en la primera botella cuadrada del mercado. Los mixers no solo preservan la calidad de la burbuja, sino que aportan un toque de elegancia y distinción a cualquier mesa. Cada paso del proceso refleja un meticuloso cuidado que marca la diferencia en cada trago, garantizando frescor, equilibrio y la cantidad óptima de gas en cada combinación. 

Al final, lo que distingue a LE Tribute es su coherencia. Un diseño que inspira, una tradición que perdura y un ritual que invita a ralentizar el ritmo. Una marca que comprende que la belleza no reside solo en la apariencia de un objeto, sino en la experiencia completa que ofrece. Y esa es, precisamente, la razón por la que siempre volvemos a ella, con calma y sin prisa.  

letribute.com/es *LE Tribute recomienda un consumo responsable / 43% Vol.