CON LA FUERZA DE LA INMENSIDAD, BRAVO Y CONTUNDENTE, EL MAR OFRECE OTRA OBRA DE ARTE. UNA NUEVA FORMA DE VIDA, CON MILES DE FRAGMENTOS QUE EMERGEN A TRAVÉS DE VIDRIOS, SE PRESENTA CON UNA ROCA VOLCÁNICA, UNA ISLA DE PIEDRA Y EL FUEGO DE SOL DE FONDO. DESDE LO MÁS PROFUNDO E INEXPLORADO DE LA NATURALEZA, EMERGIENDO DE SUS AGUAS, UN ¿SIMPLE? FRASCO.
Con un poder y un magnetismo sublime, la casa Issey Miyake sigue construyendo su historia. Regresando a los orígenes para encontrar identidad, la compañía firma un ejercicio de gran intensidad, característica intrínsecamente ligada a Fusión d’Issey Extrême.
Cierto es que en Fusión d’Issey ya existía naturaleza y vigor, pero la dimensión marina y su poderoso reflejo requerían de una nueva faceta; un renovado esfuerzo de creación que a su vez representara una lucha de contrastes. ¿Frio o calor? Con la pasión y furia de un volcán y su cara “b”, el mar, comienzan las primeras revelaciones en un frasco que escribe sus letras en naranja. Toda una declaración de intenciones.
Tras un imponente azul en violenta erupción, entramos en un terreno por descubrir. Una lejanía en la que siempre ha jugado bien sus cartas Issey Miyake, acostumbrado a inaugurar capítulos y liderar etapas y movimientos con cada una de sus apuestas. La composición de Nathalie Lorson es una nueva fougère (fragancia clásica de la vertical de ellos, los hombres) donde brillan -y huelen- notas especiadas que añaden brillo a la ya exitosa apuesta que supuso Fusión d’Issey. Y es que, hoy es el primer día del resto de tu vida… y merece la pena vivirlo “Extrême”.
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