Sabor (tinto) para toda la vida
- 11 sept
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Hay clásicos que no necesitan reinventarse, pero sí reencontrarse. El vino tinto nunca se fue, pero hoy vuelve al centro de la conversación gastronómica y cultural con una fuerza renovada. Complejo, elegante y versátil, se saborea sorbo a sorbo, entre tradición y modernidad. Su complejidad, su historia y su capacidad de evolucionar lo convierten en más que una bebida, un ritual que se disfruta lentamente.
Lejos de las modas pasajeras, el vino tinto se adapta sin perder su esencia. Se sirve en formatos más accesibles, en copas menos solemnes y se redescubre desde la curiosidad, el respeto y el deseo de autenticidad. El tinto no compite, permanece, y en tiempos de consumo rápido, su ritmo pausado y su carga simbólica se vuelven casi una respuesta.
Porque el vino tinto no necesita gritar para ser tendencia; porque se valora la tierra, basta con seguir siendo lo que es: intenso, elegante y vigente. Aquí van unas recomendaciones de placer:

Viña Monty Garnacha 2016 (Bodegas Montecillo)
Una demostración de que los tintos también pueden ser frescos y ligeros, ideales para el verano. Garnacha 100% de Rioja Alta y Rioja Oriental, 24 meses en barrica y 20 en botella. Aromas de fruta roja madura, vainilla y coco, con una boca amable y divertida. Un tinto versátil y expresivo.

El Grifo Majalulo 2021
Nacido en La Geria (Lanzarote) con la variedad Vijariego tinto, casi exclusiva de la bodega. Producción limitada a 650 botellas, con carácter volcánico y personalidad única. Intenso y auténtico, es un vino experimental que une tradición y modernidad.
Hito 2023 (Bodegas Cepa 21),
Un tinto fresco, juvenil y lleno de matices. Tempranillo de Ribera del Duero con crianza ligera en roble, su color rojo picota con reflejos violáceos, aromas de mora y zarzamora, boca amable y final persistente lo hacen perfecto para encuentros informales y al aire libre.

El Jardín de La Emperatriz Tinto 2021 (Finca La Emperatriz, Rioja Alta).
Crianza elegante y equilibrado, fruto de Tempranillo y Garnacha de cepas centenarias. De perfil afrutado y floral, con notas especiadas y balsámicas, su añada reconocida internacionalmente es el ejemplo de un tinto refinado y conectado con su terroir.





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