Ningún destino parece estar fuera del alcance de la imaginación de Christian Louboutin. Embarcado en viajes inspiradores, desde el soleado Portugal hasta la belleza nevada de las estepas del Himalaya, aporta una amplia y variada colección de piezas llenas de fantasía para el próximo otoño-invierno. Un largo recorrido desde la infancia, inspirado en los recuerdos más felices del creador, para el que se sirve de piezas atrevidas y color que expresan un tangible entusiasmo por la vida, inyectando a la temporada una dosis muy necesaria de levedad y dinamismo.
El siguiente destino es un trayecto atrás en el tiempo que transporta al Milán de los años setenta, donde los estilos adornados proyectan la suntuosidad silenciosa del mundo del arte, inspirado en el diseño interior iconoclasta. El ambiente festivo está en pleno apogeo para la cuarta fase de la colección. Piezas que recrean escenas del cabaret de París de los ochenta, merced a una paleta vibrante con metalizados brillantes, ingredientes idóneos para brillar en los salones nocturnos.
Las noches salvajes requieren un retorno a la tranquilidad. Por ello, todo finaliza con una oda al amor del maestro por la naturaleza con motivos de flora salvaje y hielo plateado que adornan y encumbren tanto los looks de hombre como los de mujer. Siguiendo con el tema invernal e inspirado directamente en los códigos de estilo del esquí, los botines de él y de ella se refuerzan con nuevas suelas de tacón y adornan con cordones de senderismo.
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