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Mastermind - Entrevista a Rocío Osborne

  • 2 sept
  • 8 Min. de lectura

Mastermind - Entrevista a Rocío Osborne
Rocío Osborne

Comenzando su carrera profesional en el sector de la banca en Londres, quien un día interrumpiera su trayectoria financiera sin dudarlo llegaba al departamento internacional de Osborne. Tras catorce años allí, en el año 2020 asume el reto de liderar el área de comunicación de la compañía además de la marca corporativa, con una visión y una ambición muy claras. “Hoy en día seguimos avanzando en los objetivos que nos fijamos y trabajando para construir el futuro de Osborne”, resume.

  

Con un conocimiento integral de lo que supone la comunicación de una gran empresa, junto con todo su equipo y el departamento de marketing en el que se integran, confiesa que guarda cariño a todas las marcas. Aunque sus labores le mantuvieron cerca de los vinos en un principio (“me he formado en profundidad y he podido aprender con los mejores enólogos, incluso he hecho una vendimia en California”), Cinco Jotas con su historia y trayectoria es una de las marcas a las que más cariño tiene.  

 

¿Cómo fue su entrada en la empresa? ¿Conocía la dinámica de una empresa tan representativa para España? A primera vista parece fácil y bonito trabajar en una empresa familiar, pero imaginamos que no es un mundo de rosas… 

Lo primero que sentí cuando entré en Osborne fue una gran responsabilidad y mucho orgullo de poder trabajar en la empresa familiar. Osborne es un referente en gobierno corporativo y tiene unas normas muy estrictas respecto a la incorporación de familiares a la empresa, De trescientos sesenta familiares accionistas, actualmente solo estamos dos en régimen laboral. Esto quizá no es demasiado común en las empresas familiares por lo que sentía que tenía que esforzarme y demostrar más que cualquier otro. Mi primera prioridad fuera integrarme; después de un tiempo, era una más en el equipo, y durante años trabajé codo con codo con los responsables de los mercados internacionales y nuestros distribuidores. 

 

¿Cómo consigue comunicar quiénes son, sin que se recuerde la imagen del Toro de Osborne? 

El Toro de Osborne es una marca de Osborne con una notoriedad increíble, pero Osborne no es solo el Toro, es mucho más. Es una empresa familiar con doscientos cincuenta y tres años de historia, con un portfolio de vinos, bebidas y find food bien diversificado, con grandes marcas muy reconocidas a nivel nacional e internacional como son Cinco Jotas, Nordés, caviar Riofrío o los vinos de jerez y de Bodegas Montecillo de Rioja. Además, somos una empresa comprometida con la sociedad y nuestro entorno, con una notoria labor social a través de nuestra Fundación. Esto que para muchos es desconocido hoy es uno de nuestros grandes retos: dar a conocer lo que somos y lo que hacemos. Para ello nos apoyamos en el paraguas de la marca corporativa en las distintas acciones que realizamos. 

 

¿Cómo lleva a cabo su trabajo? ¿Qué filosofía sigue para dirigir a sus equipos? 

En mi equipo hay tres personas responsables de la comunicación de las marcas, y luego estoy yo, que además de ser la responsable del área, también lo soy de la marca corporativa, con la que no solo trabajo acciones de comunicación, sino que también llevo la gestión integral de la misma. Estamos integrados dentro del departamento de marketing, algo que hace que la coordinación sea muy buena y también nos ayuda a aprovechar muchas sinergias y aprendizajes. En cuanto a mi equipo, tengo la suerte de estar rodeada de grandes profesionales con mucha experiencia. Por ello, delego mucho, aunque tenemos reuniones de seguimiento semanales y saben que pueden contar conmigo cuando lo necesiten. 

 

¿Hubo algún momento clave que marcó un antes y un después en su vida profesional? 

Ha habido muchos, pero sin duda los dos que más han marcado mi vida profesional han sido cuando tuve que decidir dejar mi carrera en el mundo financiero para incorporarme a la empresa familiar, y la segunda, en el año 2020, cuando asumí la responsabilidad de liderar el área de comunicación con unos retos bastante ambiciosos. En ambos momentos sentí vértigo, pero el apoyo y la confianza de la compañía me dio la fuerza para afrontar esos cambios. 

 

¿Qué significa para usted llevar el apellido Osborne? 

Pues la verdad es que siento mucho orgullo. En todos nuestros años de trayectoria hemos tenido historias de miembros de la familia que han conseguido grandes hazañas en épocas bastante complicadas. Gracias a su tesón, compromiso y espíritu visionario, Osborne es hoy en día una compañía con un gran legado, pero también con un futuro ilusionante. 

 

¿Cuáles son los mayores desafíos a los que se viene enfrentando? 

Desde el año 2020 casi nos hemos acostumbrado a vivir en un entorno de continua incertidumbre. Hemos vivido una pandemia, un cierre casi total de la actividad económica, inflación alta, dificultades en la cadena de suministros continúas subidas en los costes de las materias primas, incremento de aranceles y crisis geopolíticas. Con este panorama, uno de nuestros grandes desafíos es manejar la incertidumbre y poder tomar las mejores decisiones con la información que tenemos.  


 

Es un claro ejemplo de liderazgo femenino. ¿Qué valores le definen y de dónde cree que vienen? 

No sé si soy un ejemplo de liderazgo femenino, la verdad. Solo hago las cosas de acuerdo con los valores que me han enseñado desde pequeña, que pueden resumirse en esfuerzo, saber priorizar y no dejar que los obstáculos o los fracasos te impidan conseguir tu objetivo. 

 

Hablando de mujeres y liderazgo, en la historia del Grupo Osborne tienen a una mujer absolutamente pionera. ¿Qué nos puede contar de Aurora Böhl de Faber y Ruiz de Larrea? 

La verdad es que es una historia que me encanta. He leído mucho a Jane Austen y no puedo evitar imaginarme la historia de Aurora como si fuera la protagonista de una de las obras de la famosa escritora británica. Aurora era hija de Juan Nicolás Böhl de Faber, cónsul alemán en Cádiz, y de Frasquita Larrea, conocida por organizar tertulias políticas en Cádiz en la época de la Constitución de 1812.  

 

Aurora se casó con Thomas Osborne Mann, nuestro antecesor que vino de Inglaterra. Con la muerte de Thomas en 1854, Aurora en lugar de vender el negocio de vinos de su marido, lo mantuvo, siendo sus hijos menores de edad, y no solo eso, sino que además adquirió el 20% de la compañía que estaba en manos de la familia Daff Gordon. Sin duda, esta decisión tomada por una mujer en esos años debió de ser vista como poco convencional, pero creo que Aurora ya venía de una familia “poco convencional” (de hecho, era también hermana de Cecilia Böhl de Faber, escritora conocida con el seudónimo de Fernán Caballero). 

 

¿Qué tradiciones familiares le gusta mantener vivas? 

Me gusta mucho nuestra reunión anual con motivo de la Junta de Accionistas donde tras la misma disfrutamos de una comida y nos juntamos muchos miembros de la familia. Es una buena oportunidad para vernos todos, pues llegamos a coincidir hasta tres generaciones. 

 

También me gusta el evento que hacemos para los hijos de empleados y accionistas con motivo de la fiesta de Reyes. Ese día compartimos la ilusión de los más pequeños, se les entregan regalos y pasamos un rato muy agradable y emotivo. 

 

¿Qué proyectos actuales le entusiasman más? 

El año que viene tenemos el 70º aniversario del diseño del toro de Osborne. Esta efeméride me hace especial ilusión ya que todo lo que rodea al toro transmite mucho sentimiento. Además, a nivel creativo da mucho juego. Queremos modernizar la marca del Toro que tiene una notoriedad increíble, para que sea reflejo del Osborne del siglo XXI y que además sea embajador del talento español.  

 

¿Con qué marcas o marca de su grupo se encuentra más afín o relajada? 

Me cuesta un poco elegir la verdad. Durante muchísimos años mi trabajo se ha centrado sobre todo en los vinos. Me he formado en profundidad y he podido aprender con los mejores enólogos, incluso he hecho una vendimia en California. Años más tarde puede trabajar con el resto marcas del portfolio y sumergirme en sus procesos de elaboración, zonas de origen, los detalles que le hacen únicos y las personas que están detrás de ellos. Es el caso de Cinco Jotas, qué tiene un universo muy rico, una larga historia, un entorno muy singular, procesos artesanales que se remontan a 150 años y unos maestros que cuidan con mimo cada pieza. Si los vinos de Jerez y de Bodegas Montecillo, me enamoraron al inicio, Cinco Jotas es ahora una de mis marcas favoritas.  

 

¿Qué opina del papel de la mujer en el mundo empresarial y social actual? 

Creo que las mujeres tenemos cada vez un papel más importante en el mundo empresarial, pero aún nos queda recorrido para crecer y mejorar. Esta situación es desigual dependiendo de los sectores y de las zonas geográficas por lo que no debemos generalizar. En mi experiencia y en mi sector sí que he notado grandes avances desde que empecé hace 20 años, cuando aún sorprendía ver a una mujer joven viajando por el mundo para hablar de vinos y brandys. Dicho esto, no creo en la discriminación positiva pero sí en la igualdad de oportunidades.  

 

¿Qué papel juega la moda, el arte o la cultura en su vida? 

Me gustaría tener más tiempo para mis hobbies, pero lo cierto es que entre el trabajo y dos niños pequeños no me queda mucho tiempo libre. Los ratos que puedo sacar, se los dedico a la lectura, también disfruto con la moda y de salir a tomar unos vinos con amigos. 

 

¿Tiene alguna rutina o hábito que considere esencial para su bienestar? 

Antes solía salir a correr y me ayudaba a despejar la mente, pero por problemas en la rodilla ya no lo hago. Me gusta hacer ejercicio, sobre todo de fuerza. Me ayuda a desconectar. También beber té, ¡me tomo al menos cuatro o cinco al día! 


 

¿Hay algún lugar en el mundo que le haya marcado? ¿Algún sueño pendiente por cumplir? 

En cierta manera me siento conectada a México, pues nací allí y pasé mis primeros siete años. Cuando he vuelto siempre he sentido algo especial. Me encanta su cultura, su gente, su astronomía y sus paisajes. Volvería allí una y mil veces. Si por sueño aludimos a un lugar pendiente por visitar tengo en mi lista ir a Japón, una cultura que me atrae mucho. 

 

¿Qué legado le gustaría dejar? 

Me gustaría que la gente conozca Osborne por lo que realmente es y no por lo que creen que es. También me gustaría dejar a mis hijos una compañía robusta, bien diversificada y comprometida con nuestro entorno. 

 

Hablando de hijos y del fututo, ¿cómo llega Osborne a la gente más joven? ¿Es un reto rejuvenecer la marca? 

Sin duda es uno de los grandes retos de Osborne, e intentamos llegar a ese público más joven a través de algunas de nuestras marcas como puede ser Sánchez Romero Carvajal, Nordés con su ginebra, su propuesta 0.0, o con los vermús. Nuevas propuestas de consumo también están dirigidas a rejuvenecer nuestro público objetivo, como hacemos, por ejemplo, con la coctelería. Para dar visibilidad a todo nos servimos de las herramientas y plataformas sociales, así como colaboraciones con marcas y prescriptores, acciones que también nos acercan a ellos.  

 

¿Hasta qué punto asume riesgos en su trabajo? 

Medimos muchos los riesgos, y precipitarnos no está en nuestro ADN. Por ello preferimos analizar bien los datos, el entorno, los pros y los contras, y cuando lo tenemos claro, vamos a por ello. No hay decisión exenta de riesgo, pero intentamos minimizarlos lo máximo posible. 

 

Con la situación que atravesamos, ¿les preocupa el tema de los aranceles?  

Por supuesto que nos preocupan. Actualmente el negocio internacional pesa en Osborne el 38% y nuestro objetivo es seguir creciendo en ventas fuera de nuestras fronteras. Desde Osborne, rechazamos cualquier incremento arancelario, ya que entendemos que estas medidas perjudican tanto a los productores como a los consumidores, encareciendo los productos, limitando su accesibilidad y afectando negativamente las relaciones comerciales internacionales. 

 

¿En cuantos países tiene presencia Osborne y qué facturación aproximada tiene? 

Vendemos en casi 100 países y la facturación del año 2024 superó los 250 millones de euros. 

 

Por último, ¿cómo trabajan con China? ¿Es un buen mercado para sus marcas? 

China es un mercado muy importante para Osborne y uno de los dos únicos países donde tenemos nuestra propia filial. Hoy nuestra oficina de Shanghái cuenta con más de 20 empleados de origen chino, que nos ayudan a entender el mercado y a los consumidores. Nuestra marca más importante en China es Cinco Jotas (China es un gran mercado para las marcas de lujo siendo actualmente el segundo más importante para nuestra marca de ibéricos). Al consumidor chino le encanta el jamón Cinco Jotas, aprecian su gran calidad y también la ceremonia del corte, donde el maestro cortador se convierte en nuestro mejor embajador. 


Rocío Osborne

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