LA ELEGANCIA Y EL SAVOIR FAIRE SE HACEN PATENTES EN EL TRABAJO DE ISABEL TERROSO, UNA AGRÓNOMA QUE CAMBIÓ EL NOBLE ARTE DEL CUIDADO DE LA TIERRA POR EL DE LA SOMBRERERÍA. ESTE OFICIO HA ACOMPAÑADO LA EVOLUCIÓN ESTÉTICA DE LA HUMANIDAD DESDE TIEMPOS INMEMORIALES PARA, DESDE LA CABEZA, CENTRAR EL GLAMOUR Y LA DISTINCIÓN. AHÍ FUE CUANDO TODO SE FOCALIZA EN ESTE ÚTIL Y ATRACTIVO ADORNO CON CIUDADES COMO PARIS VIENDO COMO ESTE COMPLEMENTO EXCELSO CORONA LOS LOOKS.
EN ESTA RECUPERACIÓN DE ESTILO Y TRADICIÓN SE FORJA EL TRABAJO DE ESTA CREADORA QUE, BAJO LA FIRMA BALEL, HACE HISTORIA PROYECTANDO CON EXCLUSIVA CREATIVIDAD Y DE MANERA ARTESANAL ESE ARTE DE ADORNAR LAS CABEZAS. UNA FORMA DE ENMARCAR Y PERSONALIZAR EL ROSTRO.
¿Qué es Balel?
Balel es un trocito de París en Madrid, un lugar donde se diseñan y elaboran sombreros únicos y exquisitos con una gran variedad de hormas, siempre a medida y a la necesidad de cada cliente. Es un lugar en donde uno se convierte en quien quisiera ser.
La creatividad puede ser un nexo entre profesiones pero, ¿qué empuja a una ingeniera a dedicarse al oficio o al arte de la sombrereria? Háblenos de su formación profesional y de cómo surge su interés por los sombreros.
Soy ingeniero agrónomo, trabajé en una consultoría y en la construcción naval, pero sentía que ese no era mi sitio, no estaba siendo auténtica y lo dejé, paré mi vida. Y mientras descubría por donde encaminar mi futuro, la pasión y el destino tomaron la decisión casi sin darme cuenta. Empecé haciendo pequeños adornos para el pelo y poco tiempo después estaba aprendiendo el oficio de la sombrerería tal y como se hacía hace más de un siglo y dedicándome por completo a ello.
Señalamos como características de la firma la exclusividad y personalización de los modelos y que trabaja tanto para mujeres como para hombres. ¿Cree que estos datos abren un mercado hasta ahora más reducido de este oficio?
Así es. La personalización y, por tanto, la exclusividad son fundamentales para verse definitivamente bien con un sombrero o tocado. Christian Dior decía que todo lo que va a la cara es tremendamente delicado. Por eso elegir muy bien qué horma, tamaño de copa y ala, colores, etc., favorecen a una persona hace que ese sombrero encaje perfectamente con quien lo lleva. La persona es más importante que lo que lleva puesto. Además, hay muchas personas que llevan mucho tiempo buscando un tipo de sombrero concreto y que no encuentran en ningún sitio y aquí hacen realidad su sueño.
¿Tiene referentes a la hora de crear modelos? ¿Cuál es su inspiración?
Me inspiran muchísimo Audrey Hepburn y Grace Kelly, y muchas películas de los años 40 y 50. En esas décadas se daba mucha mas importancia a la elegancia que a mostrar el cuerpo.
¿Cómo se adapta la sombrerería tradicional a las tendencias actuales?
Se adapta en cuanto el sombrero y la persona encajan. El resto lo hacen los colores y el tipo de material. La tendencia ahora es llevar diseños más sencillos pero bien estructurados y de líneas muy definidas.
¿Depende el sombrero de la ropa o funciona de forma independiente?
Si, claro que depende. Hay que encontrar un equilibrio de volúmenes, proporciones, estampados y, sobre todo, saber deducir a qué época tiende un vestido y encajar el sombrero que tenga que ver.
¿A qué nivel es capaz un sombrero de modificar la lectura que hacemos sobre la apariencia de una persona?
El sombrero es el complemento más transformador que existe, no solo de la imagen de una persona, sino también de su psicología y estado de ánimo, de su manera de sentir y hasta de andar. Y también de cómo los demás te perciben a ti. Es capaz de modificar el entorno, dejando que aflore el lado más femenino y sofisticado de una mujer y el lado más cortés y amable de quien lo mira.
¿Con qué materias primas trabaja y qué técnica de realización utiliza?
Utilizo siempre materiales de muy alta calidad, porque solo ellos pueden aguantar muchas horas de trabajo. Además, son los que mejor llevan el paso del tiempo ya que le da una pátina de recuerdos que hace al sombrero aún más único e imprescindible. En cuanto a las técnicas, utilizo las más puras de este oficio, tan escaso hoy en día.
¿Ha tenido Balel colaboración, como firma de complementos, con algún diseñador o alguna prestigiosa casa de modas?
Si, desde el comienzo colaboro con Dior y también de forma esporádica con Chanel. Además, otras firmas como Dolce & Gabbana, Prada o Escada me envían sus clientas.
¿Tiene intención de hacer alguna exposición o exhibición de sus creaciones en el futuro?
Sí, nada me gustaría más. Tengo ya alguna que otra propuesta, pero por el momento no puedo adelantar mucho más…
¿Quiénes son sus clientes más habituales?
Personas que tienen claro que sin sombrero no van a un evento o a dar un paseo. Forma parte de su estilo. Otros se vuelven fans del sombrero aquí, al descubrir que si un sombrero está hecho a su medida y es de su estilo pueden llevarlo con frecuencia. Suelen ser hombres y mujeres a partir de los 35 años.
Además de sombreros, ¿tiene pensado confeccionar otro tipo de accesorios?
Sí, estoy deseando hacer zapatos y bolsos, coordinándolos con el sombrero en materiales y también en la década a la que hacen referencia. Sin historia de la moda es difícil entender muchas cosas. La ropa que llevamos no es casualidad, siempre refleja la sociedad en la que vivimos y los valores que hay o no hay en ella.
Finalmente, ¿cómo calificaría su trabajo en este arte?
Para comprender la diferencia entre oficio y arte siempre recomiendo leer un libro muy finito de Oscar Wild llamado “Las artes y el artesano”. Además, aclara unos cuantos conceptos sobre la inteligencia estética que hoy en día conviene refrescar o descubrir.
Mi trabajo consiste en un profundo respeto a este oficio, en elaborar diseños clásicos que siempre deberían pasear por las calles y en creer firmemente que sin sombreros el mundo es mediocre.
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