El antes y el después del Made in Italy
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El antes y el después del Made in Italy


Los tiempos cambian, no solo para ti. El mundo corre -mejor dicho, vuela- y este texto que lees ya es pasado. En el esfuerzo por la “sobreadaptación” inmediata quien mejor se adapta, avanza; el que no lo hace, queda fuera del mercado. Hay una llegada muy esperada en el mercado del motor que a su vez confirma el abrazo eléctrico con el que Alfa Romeo se reivindica. Porque si el mundo te pide volar, mejor tener una buena máquina que te ayude, ¿verdad?

Directo al segmento C-SUV (SUV compactos) llega el Tonale, una solución y una esperanza de grandes ventas donde la marca aún no había dicho siquiera sus primeras palabras. El camino del nuevo modelo se empezaba a perfilar hace tiempo -incluso antes de la fusión de los gigantes FCA y PSA- un hecho que está detrás de la razón de ser de su arquitectura, ya vista hace tres años en la edición del Salón del Automóvil de Ginebra. Por debajo del Stelvio en medidas, su realidad es “muy Alfa Romeo”: bonito desde donde lo mires.


La metamorfosis de la “electrificación” es más real que la mera descripción de la nueva naturaleza tras el fenómeno, y en la marca todo progreso tiene en cuenta el pasado. Así, su diseño es moderno, pero dejando espacios al recuerdo del “todo tiempo pasado fue mejor”. Para mejor prueba, sus faros, que “huelen” y, sobretodo, se ven como el SZ Zagato de 1989. Su fecha límite es 2027 -tope que el fabricante ha señalado para que todos sus modelos sean eléctricos- por lo que toda mirada hacia atrás siempre es agradecida.


La casa de Arese muestra aquí un código de diseño que insinúa lo que es posible esperar de los nuevos tiempos. La parrilla sigue en su línea -triangular-, pues si algo funciona, mejor no tocarlo. Son nueve las décadas que lleva como buque insignia de esta otra delantera italiana con el Scudetto integrado, en un coche que siempre se esfuerza en homenajear a su origen (aunque sea sutilmente, el país transalpino sigue muy cerca, esta vez con cada mirada a sus intermitentes integrados). Por detrás, su zaga se deja acariciar por el viento, redondeada y sinuosa desde sus frontales, confluyendo en el logotipo-insignia que clausura la máquina.


Dentro, su belleza pedía sustituir plástico por cuero y aluminio, algo que el ojo propio -y el ajeno- agradecen. El esfuerzo en calidades se corresponde con su tecnología: su pantalla llamada Cannocchiale (telescopio) es la del cuadro de instrumentos, digital y de 12,3 pulgadas. Cuatro niveles de equipamiento (Super, Sprint, Veloce y Ti) se suman a la serie de lanzamiento denominada Edizione Speciale. Lo mejor, sentirlo tuyo y agarrar su volente, de tacto estupendo, deportivo, mientras se deja la vida pasar.


Su mecánica presenta opciones diésel, gasolina y PHEV, ninguna disponible con cambio manual. El Tonale Diésel es un 1.6 Multijet de 130 CV, de doble embrague y seis velocidades; las Hybrid son dos gasolinas de cuatro cilindros y 1,5 litros disponible (con 130 CV en el Tonale Hybrid o 160 CV en el Tonale Hybrid VGT); y, por último, el que es el primer enchufable de la historia de la marca, fruto de la combinación de un motor de gasolina 1.3 Multiair de cuatro cilindros con un motor eléctrico de 90 kW, caja automática de convertidor de par con seis marchas y una batería de 15,5 kWh. Etiqueta cero para una potencia total de 275 CV, con la justa autonomía eléctrica necesaria que alcanza unos 60 kms.


 





 

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