El súper-deportivo. Un coche en grado superlativo. Un bólido que conserva un motor atmosférico FSI V10 de 5,2 litros que rinde 610 cv de potencia, consumiendo apenas 3,2 segundos para pasar del cero al cien. Un sensacional propulsor que dispara la velocidad máxima hasta los 330km/h. Así se las gasta el modelo más potente de la familia Audi Sport: un coche de titulares con mucho contenido.
Empezando por fuera -cuando ni siquiera se ve pero sí se escucha-, toca decir que el flamante y rotundo biplaza suena como los ángeles. A su llegada, se comprende que ha sido fabricado casi de forma artesanal, pues este pura sangre presenta un contorno y unas líneas poderosas, marcadas pero suaves, que encierran velocidad, prestaciones y adrenalina a partes iguales. Un diseño impresionante con su paragolpes, las entradas y salidas de aire… acorde a un rendimiento impresionante.
Este buque insignia despierta y llena todos los sentidos. Comparte mecánica y plataforma con los Lamborghini Huracán, primos lejanos, y descendientes todos ellos del Grupo Volkswagen. Alto rendimiento para un coche que merced a la lubricación por cárter seco integrada –conocida en el mundo del automovilismo de competición-, también ha pensado en cómo no perder agilidad y estabilidad en las curvas pronunciadas. Se concibió por y para la pista, se disfruta en la carretera, sea cuál sea su dimensión.
Cuidando todos los detalles, el vehículo es de complexión atlética y tiene el motor bajo su amplio parabrisas trasero. La bestia descansa justo ahí, en el centro, en un lugar que puede hasta incluir un sistema de iluminación propio que le haga brillar aún más. “Diseñado para deslumbrar” dicen en Audi. Y es que desde su chasis de aluminio y fibra de carbono pasando por todos los rincones interiores, la tecnología LED todo lo inunda, con el display virtual dando información con solo pulsar un botón.
Diseñado en carrocería coupé y con edición spyder, presenta un cambio rápido, el S tronic de doble embrague y siete marchas, que deriva explosividad a las cuatro ruedas gracias a la tracción total quattro. Un eficaz sistema que reparte, escoge y deriva fuerza a un eje u otro para que el orden impere y los problemas no existan.
Un éxito que supera los diez años en el mercado pero que no cesa de actualizarse, mejorar, rebajar sus principales índices -peso y consumos, por citar dos de ellos- e incorporar detalles que facilitan su conducción y aumentan su disfrute. No hará falta ser una estrella de la conducción para dominarlo, pero lo bueno no es enemigo de lo excelente.
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