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Artisanal Luxury - Entrevista a Antonio Fernández de León

  • 4 sept
  • 9 Min. de lectura

Artisanal Luxury - Entrevista a Antonio Fernández de León
Antonio Fernández de León, CEO ySocioFundador de Old Jeffrey

Old Jeffrey emerge como una firma española caracterizada por una elegancia atemporal. La marca redefine el gentleman moderno, alguien que viste con intención, que valora la artesanía y entiende que al verdadero lujo no le hace falta gritar, se muestra por sí mismo. Desde sus icónicas americanas confeccionadas en tejidos nobles, hasta los detalles cuidadosamente pensados en cada camisa donde cada puntada tiene intención, la firma crea tendencias. Su trabajo artesanal es una declaración de respeto por la tradición y por quienes valoran la calidad. 

Antonio Fernández de León, CEO y Socio Fundador de Old Jeffrey, comparte la historia, valores y modelo de negocio de su marca, como ejemplo de emprendimiento con personalidad propia. 


¿Cuál es la historia de Old Jeffrey? 

Se fundó a finales de 2018, y toma su nombre e inspiración de la Bahía de Jeffrey, en Sudáfrica, un enclave que nos conquistó por su atmósfera tan singular, un lugar donde la vida se disfruta con una energía serena y vital. Durante el día, el mar y los deportes acuáticos marcan el pulso; al caer la tarde, el ritmo se transforma en encuentros íntimos, cenas con amigos de toda la vida y conversaciones que perduran hasta la madrugada. Nuestra filosofía parte de un equilibrio entre funcionalidad y naturalidad con elegancia, una propuesta que se adapta al hombre que sabe estar tanto en la arena, con una camisa de lino holgada y los pantalones remangados, como en la mesa principal de una inauguración, donde el porte y la discreción hablan más alto que cualquier logotipo. 

A partir de esta inspiración inicial, hemos evolucionado hacia un enfoque que combina la tradición de la sastrería artesanal con una visión contemporánea del vestir. Trabajamos con materiales nobles y procesos responsables, apostando por una moda sostenible y consciente. En Old Jeffrey creemos en una elegancia, por así decirlo, relajada, que valora la autenticidad, cuida cada detalle y acompaña la forma de vivir y disfrutar cada momento con naturalidad. 


¿Qué valores acompañan a esta empresa? 

Nuestros valores parten de una idea muy clara: hacer las cosas bien y con personalidad, siempre con un toque sutil de rebeldía que da carácter a cada prenda. Creemos en una modernidad con raíces, reinterpretando los códigos clásicos con la serenidad de quien sabe que la elegancia verdadera nunca se fuerza. Cada pieza nace de una dedicación silenciosa y exigente, de un trabajo minucioso. Nada se improvisa: desde la concepción del diseño -cuando nuestro equipo creativo dibuja en plano las primeras ideas- hasta la confección de prototipos iterativos para dar con la forma perfecta, cada etapa sucede en un mismo espacio, a escasos pasos de distancia. En Lagasca 21, en Madrid, ubicación de nuestro “laboratorio textil”, el equipo de diseño de moda da vida a la prenda sobre el papel mientras, en la sala contigua, el taller transforma esos prototipos en piezas reales. Todo ocurre bajo un mismo techo, en una cadena de trabajo transparente donde diseño y confección dialogan constantemente para ofrecer siempre lo mejor al cliente.  


Nuestros clientes son hombres cultos, libres y curiosos, que rehúyen la pasividad. Hacen cosas, muchas cosas,  disfrutan del deporte, de la conexión con el exterior y de la inspiración que surge al conversar y compartir con los suyos. Es en ese modo de vida donde nuestras prendas encuentran sentido: se eligen con intención, bajo un contexto, pero se llevan siempre con una naturalidad innata. 

 

¿Cómo contribuye Old Jeffrey a la moda masculina’? 

Creemos que nuestra mayor contribución ha sido recuperar el valor de la sastrería y el trabajo bien hecho, llevándolos a un lenguaje más actual y cercano. Buscamos redefinir la elegancia masculina con una visión menos rígida, más versátil y auténtica, sin perder el respeto por los códigos clásicos que nos inspiran. Apostamos por producciones cortas y cuidadas, alejadas del fast fashion y de las tendencias efímeras, para crear prendas con alma, pensadas para durar y acompañar al hombre en las distintas facetas de su vida, desde una reunión de trabajo hasta un fin de semana al aire libre.

  

Nos gusta pensar que contribuimos a algo más que a llenar un armario: queremos ayudar al hombre a construir un estilo propio y coherente, que hable de quién es, de lo que hace y de cómo vive. Además, ponemos en valor la proximidad y la sostenibilidad, produciendo el ochenta y cinco por ciento de nuestras colecciones en talleres españoles, con tejidos nobles y procesos responsables que respetan el tiempo de cada pieza y el trabajo de quienes la crean.


Hablando de sostenibilidad, ¿qué papel juega en la estrategia de la marca? 

Para nosotros, este punto es clave. Detrás de cada prenda hay un proceso artesanal cuidado al detalle, guiado por la experiencia, la técnica y el respeto absoluto por el oficio. En Old Jeffrey no creemos en producir en masa: cada pieza nace con un sentido y tiene su propia historia. Nuestra apuesta por producciones cortas y sin reposiciones no solo nos permite ofrecer algo único, sino también trabajar de una forma más responsable, evitando excedentes y manteniendo un ritmo más humano en cada etapa de diseño y confección. Apostamos por tejidos nobles, por una confección local -el 85% de nuestras prendas se fabrican en talleres españoles; el 15% restante procede de producciones de Portugal e Italia- y por una selección de materiales que prioriza la calidad y la durabilidad. Un ejemplo de esta filosofía es Old Jeffrey Revival, un servicio que busca dar una segunda vida a las prendas, alargando su ciclo de uso y fomentando un consumo más ético. Ajustamos, transformamos y revalorizamos piezas con la misma atención que ponemos en nuestras colecciones y sastrería. Con este servicio, ayudamos a transformar o recuperar piezas, incluso externas a la marca, reforzando el vínculo entre el cliente y su armario, y poniendo en valor el trabajo artesanal que merece perdurar.  


¿Qué cambios ha experimentado la marca? ¿En qué momento está la firma y la empresa Old Jeffrey en general? 

Old Jeffrey nació como una sastrería especializada en prendas de vestir -trajes, americanas, pantalones de lana y piezas de ceremonia como chaqués, smokings o frac—. Durante años, trabajamos en silencio con una obsesión clara: perfeccionar el producto y afianzar una estructura interna robusta, capaz de absorber el crecimiento sin perder calidad ni cercanía con el cliente final, que siempre ha sido nuestro mayor valedor. Hoy somos un equipo de veinticinco personas, multidisciplinar y comprometido, que representa los valores de la marca y hace posible que cada detalle esté cuidado.  


Gracias a este trabajo constante, junto a la sastrería, hemos evolucionado hacia una marca 360º, con más de ciento cincuenta referencias de prendas diseñadas para acompañar al hombre actual en todas las facetas de su día a día, desde camisas, americanas y abrigos hasta camisetas, chaquetas y sobrecamisas, todo con el mismo nivel de exigencia. Es innegociable la calidad en los tejidos, patrones cuidados y un toque personal que da identidad a cada pieza. Este desarrollo cubre tanto el vestir clásico como una línea casual masculina. 


Ahora sentimos que es el momento de alzar la voz. Tenemos el producto, el equipo y la estructura y no haremos ruido por hacer ruido, sino porque sentimos que estamos listos para mostrarnos tal y como somos. Además, la empresa tiene nuevos proyectos que verán la luz a partir de septiembre -pequeño spoiler: el lanzamiento de la línea femenina Old Tamarinne, entre otras novedades -, lo que marca el inicio de una etapa más ambiciosa y abierta, siempre fiel a nuestra filosofía.  


¿Qué tipo de producto ofrecen? ¿Trabajan a medida? 

Ofrecemos dos grandes líneas de producto: sastrería a medida y colecciones de confección, que abarcan, ambas, tanto el vestir clásico como el casual masculino. Por lo tanto, sí, trabajamos a medida, de hecho así nacimos y así seguimos considerando el arte de la sastrería como nuestro corazón. Para nosotros, hacer una prenda a medida no es solo tomar medidas: es escuchar, asesorar y crear junto al cliente una pieza única, pensada para durar y que le represente. Cada prenda se confecciona con el tiempo y el cuidado que exige, donde las pruebas, los ajustes y los detalles marcan la diferencia. 


En Old Jeffrey Revival, damos una segunda vida a las prendas de calidad que ya tienes, incluso si no son nuestras. Ajustamos, transformamos y revalorizamos piezas con la misma atención que ponemos en nuestras colecciones y sastrería. Por ejemplo, ¿tu padre tiene americanas artesanales de hace años? Ven a vernos, las ajustamos a tu cuerpo para que vuelvan a destacar como ya lo hicieron. 


¿Con qué calidades trabajan? 

La calidad empieza en la elección de los tejidos. Trabajamos con tejidos nobles y de origen natural -evitando mezclas con fibras sintéticas- como lanas vírgenes, cashmere, algodones egipcios o linos de primera categoría, seleccionados cuidadosamente por su durabilidad, tacto y comportamiento con el uso. 


El ochenta y cinco por ciento de nuestra producción se realiza en talleres locales en España, bajo principios éticos y sostenibles, lo que nos permite controlar cada detalle y garantizar un nivel de confección acorde con el estándar que nos define. Cada prenda, desde la sastrería a medida hasta nuestras colecciones casual, pasa por un proceso de diseño y prueba exigentes para ofrecer piezas pulcras, con acabados impecables, pensadas para acompañar al cliente durante años, evitando excedentes y respetando los ritmos naturales de producción. 


¿Qué diferencia a la marca de otras de su sector? 

En un mercado lleno de propuestas rápidas e impersonales, en Old Jeffrey creemos en hacer las cosas con calma y con alma. Nacimos como sastrería, y esa forma de entender la moda -desde el cuidado, la personalización y el respeto por el oficio- sigue siendo nuestro mayor sello. Apostamos por producciones cortas, confeccionadas con mimo y sin reposiciones: cuando un modelo se agota, damos paso al siguiente. Aunque esto supone un reto en cuanto a calendarios de diseño y producción, creemos que aporta un enorme valor, pues quien decide comprar en Old Jeffrey sabe que tendrá algo realmente especial y único, difícil de ver en otros. Es un modelo que, además, va de la mano de nuestra filosofía de producción local y sostenible.  


A nivel ADN, nuestras prendas son atemporales, no se dejan arrastrar por tendencias fugaces. Queremos que cada pieza acompañe a su dueño durante años y evolucione con él. Y todo esto lo completamos con una experiencia boutique, un trato cercano y honesto, basado en el asesoramiento experto y en la relación de confianza con nuestros clientes. En este punto, para nosotros, la moda no va solo de prendas, sino que también va de relaciones humanas; al fin y al cabo, promovemos que la forma de llevar nuestras prendas se adecúe a cada contexto, y el contexto lo generan siempre, como digo, las relaciones humanas.  


¿A qué tipo o tipos de hombres se dirige la firma? 

Si tuviéramos que definirlo con tres palabras, serían: sofisticado, libre y auténtico. Es alguien que no se limita a seguir las normas, sino que las interpreta a su manera. Viste con confianza, cuida los detalles y valora la calidad, pero siempre desde la comodidad y la coherencia personal. Tiene un punto clásico, sí, pero también tiene esa rebeldía que le da personalidad. 


Para nosotros, la versatilidad es clave. Tratamos de promover prendas que se adapten de forma natural a distintos contextos, para que cada uno las haga suyas. Cuando me preguntan cómo es el hombre Old Jeffrey, siempre pienso en una frase que lo describe perfectamente: “Un hombre Old Jeffrey es capaz tanto de dormir en un hotel de 5 estrellas como de tirarse en el desierto bajo 5000 estrellas”. Esa capacidad de adaptarse con soltura entre mundos distintos es lo que permite a nuestros clientes construir un armario funcional, sofisticado y con personalidad propia. 


¿Cuál es su modelo de expansión? 

Hoy por hoy, nuestra presencia es principalmente nacional. Estos años de trabajo nos han permitido consolidarnos como una de las marcas de referencia en el ámbito de la sastrería de ceremonia -el año pasado vestimos a más de tres mil novios-, y ahora queremos dar el mismo paso con nuestras colecciones de vestir casual, llevando ese mismo cuidado y calidad al día a día. Contamos con una tienda física en Calle Velázquez, 19, en Madrid, así como con nuestra sastrería, atelier y taller de arreglos en Lagasca, 21. Además, estamos preparando nuestra tercera apertura en Madrid, en el barrio de El Viso, un proyecto que nos ilusiona especialmente. 


Nuestro objetivo es seguir consolidando la marca en España, pero con la vista puesta en dar el salto a otros países europeos a través de nuestro comercio online, con Portugal, Francia, Italia o Alemania, entre otros. También valoramos de forma especial el mercado latinoamericano, donde ya hemos realizado varios tours de sastrería en Ciudad de México, aunque preferimos avanzar de forma pausada, con una imagen de marca fuerte y bien definida. 


¿Ofrecen asesoramiento de estilo o imagen? 

El asesoramiento es algo que surge de manera natural cada vez que nos sentamos con un cliente. Creemos en las conversaciones, en escuchar y en entender qué necesita cada persona y qué busca transmitir y, en base a ello, y según “lo claro que tenga el cliente las cosas”, aconsejamos de forma más o menos directa, pero siempre con el objetivo de encontrar la mejor solución para él. 


Nuestra experiencia en sastrería nos ha enseñado que una prenda solo tiene sentido cuando se ajusta no solo al cuerpo, sino también a la personalidad de quien la lleva. Nos gusta ayudar a encontrar ese equilibrio, desde el traje para una ocasión especial hasta las prendas que acompañan en el día a día, siempre con la idea de que el cliente se sienta cómodo, seguro y, lo más importante, el mismo. En realidad, este asesoramiento es simplemente nuestra forma de entender el vínculo con aquellos que confían en nosotros: un acompañamiento honesto, cercano y al ritmo que cada persona necesite. 



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