Así sabe el lujo
top of page
  • AVENUE ILLUSTRATED

Así sabe el lujo

EL IBÉRICO ES SINÓNIMO DE LUJO. LOS TIEMPOS MARCAN NUEVOS RUMBOS A RECONOCIDAS Y CONSOLIDADAS TRAYECTORIAS EMPRESARIALES TRADICIONALES, Y UNO DE LOS PRODUCTOS GASTRONÓMICOS MÁS APRECIADOS DEL MUNDO NO FALLA AQUÍ TAMPOCO. CADA VEZ MÁS SOLICITADO TANTO EN RESTAURANTES COMO EN COCINAS, POR SU ESENCIA Y CONDICIÓN, NOSOTROS PEDIMOS MONTARAZ.  



Permitir que las marcas que se asocian al lujo en diferentes sectores trabajen en sinergia en sus operaciones comerciales, tanto de venta como de marketing, con herramientas diseñadas que aceleren la ruta hacia el mercado, es un importante valor de futuro. En esta labor trabaja y se centra una destacada y prestigiosa empresa del sector ibérico de la industria cárnica española (cuarto sector industrial del país).


Montaraz es una marca referente del sector de jamones y embutidos, en general, ibéricos. Su historia se remonta a 1890 cuando José Manuel Martín inicia en Frades de la Sierra (Salamanca) la producción artesanal de estos productos para consumo propio. Tras cinco generaciones, la familia Martín ha sabido construir un proyecto diferenciador con cerdos criados en libertad en la dehesa extremeña, un ecosistema sostenible y natural de encinas y alcornocales único en España.



A través de un proceso cien por cien natural, libre de aditivos y conservantes, y avalado por la norma del ibérico, esta empresa ha sabido elaborar sus productos, únicamente, con sal marina y una lenta y controlada curación en sus secaderos y bodegas naturales. (su bodega es la más grande del mundo en extensión). Cada uno de sus productos proviene de ejemplares de cerdo ibérico criados en la dehesa extremeña, y de ellos la mitad de los jamones y paletas se curan en Salamanca y la otra mitad en Olivenza (Extremadura).


Bajo esta premisa, la marca ofrece dos tipos de afinados en sus ibéricos ya que el clima salmantino es más amable y esto ayuda a forjar unos productos más delicados y de gusto suave, mientras en Extremadura, con temperaturas más altas, el producto final es más potente e intenso. Con las características de ambos ecosistemas por bandera, Montaraz ofrece una dualidad de sabores bajo una misma marca y parámetros de calidad.



En la pasada montanera, debido a las abundantes lluvias de otoño, la producción de bellota y de hierba en sus dehesas fue excepcional (tanto que la misma se ha duplicado respecto a un año normal). La hierba fresca ayuda a los cerdos a comer más bellota, y como consecuencia aumenta el aporte de antioxidantes y azúcares (almidón), hecho que en su momento repercute en el producto curado. Los animales comen, cada día, entre diez y doce kilos de bellotas, además de tres y cuatro kilos de hierbas aromáticas (romero, tomillo…) y pastos, alimento que les ofrece este ecosistema natural de treinta y seis mil hectáreas de dehesa. Un paraíso idílico en el que, durante años, esta enseña ha trabajado para su conservación a través de prácticas sostenibles, entre ellas, la reforestación de árboles autóctonos en la zona.


Para la marca es muy importante el tiempo en cada uno de sus procesos de cría y curación, sin aditivos, de forma natural, así como por supuesto la edad del cerdo cuando comienza la montanera, ya que de ello depende la calidad de la carne y la cantidad de grasa subcutánea. En este tiempo aumenta su peso (en setenta kilos aproximadamente), pasando de ciento diez a ciento ochenta y cinco. De cada animal se obtienen, además de los jamones, paletas y lomos para curar, entre tres y cinco kilos de piezas nobles frescas y nueve kilos de magro. Todo de excelente calidad, textura y jugosidad ya que son cerdos cien por cien ibéricos de bellota criados en libertad, de donde llegan cortes conocidos como los de los solomillos, el lomo, la panceta, la presa, la pluma o el secreto, junto a otros como el abanico, el cabecero, el carré, la carrillera, la lágrima, el lagarto o la papada.

Montaraz tiene su matadero en Villar de Gallimazo, Salamanca. Un espacio de tres mil metros cuadrados entre matadero y sala de despiece, equipado con la tecnología más avanzada del sector y donde se realiza sedación con CO2 para cuando llega la hora de sacrificar la pieza, siempre con el objetivo de mantener la cadena de bienestar animal.



Por otra parte, su internacionalización en el sector del jamón ibérico de bellota sitúa a Montaraz en Europa, Asia, Oriente Medio y América. Sus fábricas ubicadas en Salamanca y Extremadura están homologadas por la United States Department of Agriculture (USDA) para la venta en Estados Unidos, contando incluso con sede y almacenes en Nueva York. De occidente a oriente, pronto llegan noticias que hablarán mucho de su marca en el gigante asiático.


El futuro de esta empresa habla de excelencia. Su evolución perfila un propósito que la posiciona en el segmento del lujo lo que, a su vez, conlleva un estilo de vida. La calidad del producto resultante de su producción es un hecho, pero su trayectoria, que incluye el quehacer y la idea de las nuevas generaciones de la familia, va hacia algo más intrínseco que incorpora acciones sinérgicas con otros sectores y firmas de lujo facilitando vivir experiencias únicas.


En esta empresa hay mucho más que un producto: hay una historia viva que quiere emerger en este cometido con esa excelencia y con esa calidad. Prueba de ello son las acciones conjuntas y la unión a marcas premium junto a hechos como que la marca vende sus carnes frescas cien por cien ibéricas exclusivamente en el canal HORECA en lugares como el mítico Joël Robuchon de Tokyo o Alinea Restaurant en Chicago. Espacios de restauración que comparten sus valores, tanto en las instalaciones como en el servicio que ofrecen cada día a sus clientes.



 




 




bottom of page