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Christian Courtin-Clarins Presidente del Consejo de Vigilancia del Grupo Clarins
Christian Courtin-Clarins Presidente del Consejo de Vigilancia del Grupo Clarins

LO QUE IMPRESIONA A PRIMERA VISTA DE ESTE HOMBRE DE ELEVADA ESTATURA (MÁS DE UN METRO Y NOVENTA CENTÍMETROS), Y MIRADA AZUL, ES SU ENERGÍA, SU ENTUSIASMO AL HABLAR Y SU CERCANÍA. EN EL TRANSCURSO DE NUESTRA CONVERSACIÓN VAMOS DESCUBRIENDO LOS LOGROS DE ESTE “GRAN” HOMBRE, EN EL SENTIDO MÁS LITERAL DE LA PALABRA. SU MASA MUSCULAR ES LA DE UN FORNIDO JUGADOR DE RUGBY, DEPORTE QUE PRACTICÓ DURANTE MUCHOS AÑOS. CHRISTIAN COURTIN-CLARINS HA SABIDO SUPERAR A SU PROGENITOR, FUNDADOR DE LA FIRMA, INTRODUCIENDO SUS PRODUCTOS COSMÉTICOS EN CIENTO TREINTA PAÍSES Y CONVENCIENDO A LA GENTE DE QUE SUS MÉTODOS DE TRATAMIENTO SON LOS MEJORES. PERO NO TODO EN SU VIDA ES TRABAJO. INSISTE EN LA IMPORTANCIA DE SENTIR LA EVOLUCIÓN DEL MUNDO, TAREA A LA QUE DEDICA PARTE DE SU TIEMPO.


Christian transmite una gran pasión por su trabajo en cada palabra, en cada gesto. “Mi primer juguete fue un aparato para masajear el pecho femenino que mi padre creó. Tengo una foto que me lo recuerda. En mi infancia no abundaba el dinero en mi casa, y mi padre me subía en su bicicleta y los dos íbamos repartiendo estos aparatos por las casas de las clientas. Luego se compró un coche y fue cuando me hizo la foto, porque estaba muy orgulloso de su coche, de su aparato… y de su hijo. Recuerdo las reuniones que él tenía con médicos dermatólogos, biólogos,... y me fascinaba todo lo que contaban sobre las plantas y los efectos que producían en la piel. Esa fascinación sigue perdurando en mí”, confiesa.


¿Cuál es la labor de la que se siente más orgulloso de cuantas ha realizado a través de su firma en el mundo?

De lo que más orgulloso me siento es de haber podido acompañar y hacer el seguimiento de la carrera de mis colaboradores, como es el caso de Isabelle Picou en España que tiene mi absoluta confianza como Directora en España con los Medios de Comunicación. Ella ha pasado por distintas fases en la empresa y yo he ido apreciando su evolución, de la que me siento muy orgulloso. Esto me pasa con muchas personas de mi equipo en todo el mundo. Algunos de ellos han empezado de becarios y han llegado a directores de distintos departamentos. Tengo a mi lado a gente muy valiosa. Es un orgullo haber sabido elegir a personas de calidad que además saben reconocer la ayuda que se les ha prestado.


¿Es muy complicado trabajar a nivel global, en tantos países?

Lo cierto es que cuando encuentras un profesional que hace bien su trabajo esto facilita mucho las cosas. Me permite saber que cuento con buenos equipos. Por ejemplo, en España tenemos un muy buen Presidente, y cuando vengo aquí no me preocupo por nada porque sé que todo va a ir bien, con lógica y aplicando muy buen criterio. Yo vengo a compartir ideas. Ellos tienen un equipo muy creativo, yo les escucho y en muchas ocasiones esa imaginación la hemos aplicado en el resto del mundo. Ese es mi trabajo. Si se hace algo excepcionalmente bien en algún país, les pido que vengan a explicárnoslo a todos para luego poder desarrollarlo en el resto del mundo. En realidad lo que hay que hacer es dar autonomía a la gente para que sigan pudiendo ser creativos. En China tienen un dicho: “Se sabe cuando un pescado está podrido porque le huele mal la cabeza”, y es cierto. Si el jefe no sabe hacer bien las cosas lo demás no funciona.


¿Su padre se sentiría muy orgulloso de ver hasta donde ha llegado la firma?

Yo visito mucho a mi padre en su sepultura y siempre le digo lo mismo: “antes te oía, ahora te escucho”, porque mi padre fue un visionario y me dijo muchísimas cosas en una época en la que yo era muy joven. No terminaba de entender lo que me estaba queriendo decir, pero ahora comprendo todo y me siento muy orgulloso de él, al igual que de mi hermano Olivier. Estoy muy contento con las cosas que estamos haciendo ahora, aunque siempre uno quiere mejorar.


Ese espíritu que le ha transmitido su padre, ¿lo está haciendo usted también con sus hijas mayores?

Con mis dos hijas mayores es muy fácil porque ellas hasta los dieciocho años tuvieron mucha relación con su abuelo y le adoraban. A todos mis hijos les estoy transmitiendo los mismos valores de respeto y compromiso, y que hay que saber compartir. Estoy muy orgulloso de mis hijos. Con los pequeños es más difícil; el menor tiene siete años. Lo que sí veo es que son niños de buen corazón y eso es lo que más me importa. No puedo soportar las envidias y los celos. Es muy importante saber asumir las culpas y los errores propios y eso se lo inculco a mis hijos y a mis colaboradores. Si alguien me viene diciendo “esto ha salido mal pero no es culpa mía”, está clarísimo que él tiene la responsabilidad. Si yo le he encargado una misión concreta y no la cumple no valen disculpas. Prefiero que se asuman los fallos porque eso se convierte en un aprendizaje.


¿Qué le gusta hacer en sus ratos libres?

Me gusta mucho hacer deporte porque me ayuda a tener un equilibrio importante, y me encanta la bicicleta, en especial la eléctrica. Este verano en Los Alpes mi familia y yo hemos podido hacer recorridos de cuatro o cinco horas; ayuda mucho en las subidas. Ha sido fabuloso. También disfruto con la lectura y sobre todo con la novela histórica. Soy un apasionado de las influencias que han tenido las religiones en los distintos países. Creo que para conocer una nación debes saber su historia, y si es novelada te lo pasas mejor leyendo. Como viajo mucho, en cuanto subo al avión me meto en mi burbuja y ya nada me puede molestar. Leo en torno a cinco libros al mes. También me gusta ver series. ‘Casa de papel’ me ha encantado. En los vuelos suelo coger un periódico y leerlo de principio a fin, sin prisas; eso lo disfruto enormemente. Me gusta viajar y enseñarles los monumentos de cada país a mis hijos, las costumbres de cada pueblo, la gastronomía, y que no todos tienen la suerte que ellos. Es importante que conozcan a los necesitados, a los desprotegidos,… Mis dos hijas mayores cuando tenían dieciocho años ya habían dado la vuelta al mundo cuatro veces, y con los pequeños también me lo paso muy bien. Este verano hemos estado con ellos en EE.UU.


¿Nos puede contar alguna anécdota de los viajes solidarios que realiza con frecuencia?

Esto que le voy a contar ha pasado en el mes de junio. Estuve en Madagascar. El sur del país es una zona muy pobre porque el clima es muy seco. Nosotros hemos construido allí un colegio y llevamos en torno a un millón de comidas. Teníamos contratos con productores locales que les permitían ganar más dinero y ese arroz lo llevábamos a los colegios. Por supuesto, lo complementábamos con otros alimentos para que fuera una comida completa. Al final de la visita yo estaba charlando con un niño y le decía: “tienes que estar contento porque ahora pasarás dos meses de vacaciones”, y el niño cabizbajo me dijo que no porque significaba que durante dos meses no iba a tener una comida al día. Esto te parte el corazón. A su familia le compré una vaca y el niño me dijo “la verdad es que yo prefiero gallinas, porque eso significa que todos los días vamos a tener huevos para comer”, así que la vaca se transformó en gallinas.


Para terminar, ¿podría definir qué es para usted una mujer bella, ya que siempre está rodeado de ellas?

No sé definirla, pero sí que la reconozco cuando la veo (risas).


Por: Paloma Sanz

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