SI SE PUEDE ELEGIR CÓMO CUMPLIR AÑOS, YO QUIERO SER CHANEL. LA CELEBRACIÓN DE LOS CIEN AÑOS DEL FAMOSO PERFUME Nº 5, EMBLEMA DE LA FIRMA, CONQUISTA OLFATOS MIENTRAS REVELA PARTES DESCONOCIDAS DE UN SUEÑO LLENO DE NOMBRES DE MUJER. EL CENTENARIO DE LA MÁS BELLA HISTORIA DEL SECTOR COSMÉTICO SE ESCRIBE CON LETRAS DE ORO.
¿QUIERES SABER CÓMO SE HA FORJADO ESTE MITO Y LAS MUJERES QUE MEJOR LO ENCARNAN?
Marilyn Monroe, Nicole Kidman, Catherine Deneuve, Carole Bouquet, Audrey Tautou y Keira Knightley, entre otras, reconocidas y seductoras figuras todas ellas de diferentes épocas, han puesto su imagen a disposición de esta obra maestra que trasmite todas las virtudes del mejor de los alquimistas. Marilyn Monroe afirmaba que lo único que se ponía antes de ir a la cama a dormir era unas gotas de este perfume, y en la actualidad es la actriz francesa Marion Cotillard la que personaliza con su imagen este atemporal perfume que nunca va a pasar de moda. Ni aunque trascurran cien años más.
Gabrielle Chanel, la creadora del exitoso concepto, lanzó la frase que definía a la perfección su forma de ver la vida en lo que a la estética en general se refiere. “No hay elegancia posible sin perfume”, decía. Bajo este testimonio nacía el icono olfativo que cumpliría a lo largo del tiempo los sueños y deseos de las mujeres del mundo, acompañándolas en su día a día.
La elegancia y la atemporalidad en la moda a través de las perlas o el tweed la simbolizaron, pero la historia señala también a la diseñadora francesa como la primera mujer modista que creó su propio perfume, con un proyecto absolutamente innovador para la época con el que supo interpretar la moda. Conoció al perfumista de los zares, Ernest Beaux, en mil novecientos veinte, y lo sedujo para formar parte de la maison francesa dando inició a esa gran tradición olística de la firma que se consolidó con algunos otros genios “narices” como Henri Robert, Jacques Polge –el que más fragancias ha creado para Chanel- o su última incorporación, su hijo Olivier.
Chanel marcó las líneas a seguir en todo el proceso creativo del perfume con el propósito de convertirlo en una pieza que perdurara de por vida, con notas atemporales y abstractas, olvidándose de cualquier tipo de tendencias. Frente a esto, el perfumista gozó de libertad en esta labor, ya que en aquel momento investigaba con los aldehídos, proveedores de la durabilidad del aroma, lo que permitiría dar con una esencia diferente, de materias primas excepcionales, y, a diferencia de los de la época, de una estructura floral: un buque que incluye jazmín, rosa, madera de sándalo, vainilla y vetiver entre sus ingredientes principales. Presentado en un frasco sencillo, sin ornamentos, con un tapón tallado como un diamante e inspirado en la geometría de la plaza Vendôme de París, incorporaba en su cuello un hilo de perlé lacrado, “para evitar que se evaporara su fragancia”.
Nº5 es un número mágico, el favorito de Gabrielle Chanel, su doble olfativo. Es un símbolo del estilo, el lujo y de la eterna modernidad, porque nunca deja de ser tendencia, aunque no lo busque. Icónica e iconoclasta. La cultura también se deja ver en su presencia, de ahí que sea la primera fragancia en entrar en un museo, formando parte de la colección permanente del Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York (MOMA).
Una obra aromática que ha sido reinterpretada y reinventada por artistas de todo el mundo. Celebramos hoy y aquí la existencia, a través de los tiempos, de una fragancia mítica que ha traspasado los límites de la perfumería para adentrarse, así mismo, en la literatura, el cine, la pintura y la fotografía.
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